lunes, 27 de octubre de 2008

Presentación de intenciones

Conviene adelantar un poquito las cosas, para que quien tenga ganas, sepa a lo que se enfrenta en este blog. Evidentemente, esta pregunta me la he hecho yo… y la respuesta es incierta ¿Qué cojones voy a contar? Habrá quien piense, que el título de este blog tenga alguna relación con el título del blog de Ander “DESIERTACIONES FILOSOFÍSTICAS”. No era mi intención, pero para cuando me di cuenta de la coincidencia, ya había creado el blog. Verdaderamente, mi intención es la de compartir mis rupestres reflexiones sobre la vida y su sentido. Evidentemente, todo lo que diga ya habrá sido inventado por otro, pero bueno, eso no me va a parar.

Euskaraz idazteko saiakera egin behar dudalakoan ere banago, noizbait guraso eta arbasoek utzitako hizkuntzan mintzotzea ere geure beharra baita. Beraz, noizean euskaraz idazteko ideiarekin ere banator.

Como es la primera actualización, tiro de hemeroteca y voy a publicar algo que escribí hace bastante, a ver si a alguien le gusta:

"El aniversario de la soledad

Barba larga y gris, ojos profundos que nadie podía ver, voz cascada y calzones demasiado anchos. Su cintura, estrecha por no poder gozar de buena dieta. La isla en la que él era inquilino no tenía faro. Cada mañana, él gritaba al sol: “Sigue ignorando que existo, y estarás ignorándote a ti mismo.”

Lo más gracioso, es que era verdad lo que decía. Negar que Robinsón y su isla existieran no era posible, porque ahí estaban. Aunque nadie la hubiera visto jamás, aunque Robinsón fuera un terrible matemático loco, aunque las tortugas se rieran de su intento de hacer una balsa. Nada, no se podía hacer que Robinsón dejara de existir, no se podía ignorar al habitante del montón de arena, porque era más que una visión, era una realidad.

Todos paseábamos por nuestra propia realidad, creyéndola la única, todos veíamos cómo se fraguaba el principio de una civilización. Y él mientras tanto, en su isla al margen de todo lo que hacíamos, alguien indiferente.

Tantos escritos, tanta mierda, tanta muerte, tantas ganas de vivir, tanta libertad, tanto avance, tanta guerra, tanto diesel, tanto amor, tantos barcos, tantos naufragios… y seguimos siendo ese Robinsón diciendo a gritos que existe… Lo único que él sabe que nosotros existimos, mientras nosotros lo ignoramos.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante arranque el de tu blog, y toda una declaración de intenciones incluso desde el propio texto, ya que sigue en tu línea de conservar el punto de vista de la insignificancia del hombre respecto al resto del mundo.

No digo que no lo comparta, pero no de una manera tan radical.

Jekyll dijo...

Hombre, insignificante, insignificante... sólo lo es cuando olvida su condición humana.

Algún día haré mi primera actualización, seguramente sobre la moral y el hombre... porque me preocupa (como dice Enrique Santos Discépolo en "Siglo XX Cambalache") que: "Hoy resulta que es lo mismo /
ser derecho que traidor".